domingo, 8 de agosto de 2010

No se permite permitir.

Me rehuso a ser
el paño de lágrimas
de un amor inconcluso,
ya inexistente.

A escuchar tu tediosa voz
con el llanto que aqueja
que se convierte en hambre voraz
e intenta consumirme.

Dedicarte a matar mis propósitos
torturar mis necesidades.

La vocación de servicio,
eso ya no está en mis planes.





DdC

jueves, 5 de agosto de 2010

Callada

Mil palabras en mi mente
decisiones volátiles
diálogos inexistentes
inventados y discutidos.

Ciénaga de rumores
confianza desgarrada
amoríos inoportunos
sentimientos insensatos.

Dulces venenos
compañía solitaria
riesgos incongruentes
ritmos sin compás.

Comas y puntos
oraciones sin renglón
frases sin sentido
sin armonía, sin sazón.

DdC

Algún día.

Sé que llegará
con la coleta recortada,
con el bigote afeitado.

Sé que se sentará
con las piernas bien cruzadas,
con la mano bajo el mentón.

Sé que sonreirá,
me seducirá,
me mirará con ojitos dulces.

Sé que me acariciará
con sensaciones aterciopeladas,
con rubor en su corazón.

Sé que lo oiré llegar,
me estremeceré,
y lentamente me acostaré.

Mientras tanto, vivo.

domingo, 4 de julio de 2010

Bienvenida

Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más docil
ni más cauta
tan sólo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero

después de todo, la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio
tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros

no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable
ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza

sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.

Mario Benedetti.

lunes, 21 de junio de 2010

Amor

Amor se escribe con:



A de atención,

M de miedo a la soledad,

O de orgullo ante el rechazo, y

R de los restos que quedan cuando acaba.


miércoles, 12 de mayo de 2010

Delusión

Ya dejó vacante su puesto en mi pedestal. Quizá fue demasiada responsabilidad el ser amado o admirado.

Pero luego me enseñó que fui la mala y la víctima de la película a la vez, intercambiando papeles e ignorando en que escena actuaba cual.

Y si nos encontráramos de acá a un año o dos, ¿como sería? Tal vez me vería correr como loca de la mano con cualquier sujeto, añorando las largas caminatas de madrugada donde las palabras sobraban, mientras la luna se opacaba ante la presencia de un incipiente sol, y nos decíamos adiós sin querer despedirnos. Hasta que por fin, callábamos por un buen rato y con una sonrisa, yo cerraba la puerta.

Con un fondo musical en la escena, me doy cuenta que no todos los finales son felices como te enseñan en las películas, o, en todo caso, muchas veces el final más feliz, es en el que dejan de hacerse daño y no vuelven a verse más.



DdC.

sábado, 8 de mayo de 2010

Adiós

Fuiste lluvia en primavera
Fuiste inspiración a la primera
Fuiste balada sin razón.

Fuimos romance a nuestro modo
Fuimos nada y fuimos todo
Fuimos mutua devoción.

Fui labios de acero
Fui muslos en tu cielo entero
Fui destello en la pasión.

Fue un pútrido corazón.

DdC.

sábado, 1 de mayo de 2010

Ojos que no ven (o caminos invisibles)



La otra tarde tuve la oportunidad de hacer algo que nunca antes había hecho. De hecho, no pensé que era tan difícil, y tampoco me puse a pensar que pasa antes y después de que ayudas a cruzar la pista a una persona que no puede ver.


Salía del trabajo y al llegar al cruce de Benavides con la Vía Expresa, estaba esta persona. Confieso que me dio un poco de vergüenza acercarme para ofrecerle mi ayuda, pero sabía que definitivamente la necesitaba. Así la ayudé, pero había que ir a su ritmo e indicándole cualquier tipo de obstáculo cercano, cosa a la que no estamos tan acostumbrados a notar cuando caminamos. Llegamos al otro cruce y recién le pregunté adonde iba. Me comentó que iba al Parque Reducto, del cual, por suerte ya estabamos cerca, así que otro cruce y ya estabamos en el Parque. Luego me despedí y seguí caminando.


Mientras caminaba, me puse a pensar en que una persona así, tiene que esperar obligatoriamente a que alguien la ayude a cruzar la pista. Además de hacer un mapa mental de algo que nunca ha visto (en algunos casos, otros sí), para poder saber hasta donde llegar, o no perderse en el intento. Incluso, hasta me puse en su posición, y pensaba qué incómodo podría ser tener que estar en contacto con tantos extraños por necesidad. No es que no se agradezca el gesto, pero no encuentro muy grato ser tomado por sorpresa constantemente, y hasta eso puede sentirse un poco invasivo. Pero asumo, que como en todo, uno se acostumbra.


¿Y nosotros? Los que sí podemos ver por donde vamos... ¿por qué seguimos perdiéndonos?
DdC

viernes, 12 de marzo de 2010

Jabberwocky



'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.
'Beware the Jabberwock, my son!
The jaws that bite, the claws that catch!
Beware the Jubjub bird, and shun
The frumious Bandersnatch!'
He took his vorpal sword in hand:
Long time the manxome foe he sought--
So rested he by the Tumtum tree,
And stood awhile in thought.
And as in uffish thought he stood,
The Jabberwock, with eyes of flame,
Came whiffling through the tulgey wood,
And burbled as it came!
One, two! One, two! And through and through
The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.
'And hast thou slain the Jabberwock?
Come to my arms, my beamish boy!
O frabjous day! Callooh! Callay!'
He chortled in his joy.
'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.


jueves, 4 de febrero de 2010

Última Aventura




Ganaste.

Aunque...

Confieso que,
en mi situación,
extraño no poder extrañarte.
El jugo de pera no sabe igual por las mañanas,
pero se respira aire de sosiego.

Me encuentro en el desencuentro
de saberte, mas no recordarte,
de pensarte, pero no recobrarte.
(Ni a mí, de repente).

Me equivoqué.
En realidad perdiste.
DdC

viernes, 8 de enero de 2010

Domesticada


CAPÍTULO XXI


Fue entonces que apareció el zorro:
- Buen día - dijo el zorro.
- Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.
- Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano...
- Quién eres ? – dijo el principito. – Eres muy bonito...
- Soy un zorro – dijo el zorro.
- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste...
- No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.
- Ah! perdón – dijo el principito.
Pero, después de reflexionar, agregó:
- Qué significa "domesticar" ?
- No eres de aquí – dijo el zorro –, qué buscas ?
- Busco a los hombres – dijo el principito. – Qué significa "domesticar" ?
- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. Es bien molesto ! También crían gallinas. Es su único interés. Buscas gallinas ?
- No – dijo el principito. – Busco amigos. Qué significa "domesticar" ?
- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..."
- Crear lazos ?
- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...
- Comienzo a entender - dijo el principito. – Hay una flor... creo que me ha domesticado...
- Es posible – dijo el zorro. – En la Tierra se ven todo tipo de cosas...
- Oh! no es en la Tierra – dijo el principito.
El zorro pareció muy intrigado:
- En otro planeta ?
- Sí.
- Hay cazadores en aquel planeta ?
- No.
- Eso es interesante ! Y gallinas ?
- No.
- Nada es perfecto – suspiró el zorro.
Pero el zorro volvió a su idea:
- Mi vida es monótona. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida resultará como iluminada. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me hacen volver bajo tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. Y además, mira ! Ves, allá lejos, los campos de trigo ? Yo no como pan. El trigo para mí es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. Y eso es triste ! Pero tú tienes cabellos color de oro. Entonces será maravilloso cuando me hayas domesticado ! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...
El zorro se calló y miró largamente al principito:
- Por favor... domestícame ! – dijo.
- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, domestícame !
- Qué hay que hacer ? – dijo el principito.
- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
Al día siguiente el principito regresó.
- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; descubriré el precio de la felicidad ! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.
- Qué es un rito ? – dijo el principito.
- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Entonces el jueves es un día maravilloso ! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:
- Ah! - dijo el zorro... - Voy a llorar.
- Es tu culpa – dijo el principito -, yo no te deseaba ningún mal pero tú quisiste que te domesticara.
- Claro – dijo el zorro.
- Pero vas a llorar ! – dijo el principito.
- Claro – dijo el zorro.
- Entonces no ganas nada !
- Sí gano –dijo el zorro – a causa del color del trigo.
Luego agregó:
- Ve y visita nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Y cuando regreses a decirme adiós, te regalaré un secreto.
El principito fue a ver nuevamente a las rosas:
- Ustedes no son de ningún modo parecidas a mi rosa, ustedes no son nada aún – les dijo. – Nadie las ha domesticado y ustedes no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo.
Y las rosas estaban muy incómodas.
- Ustedes son bellas, pero están vacías – agregó. – No se puede morir por ustedes. Seguramente, cualquiera que pase creería que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que es ella a quien he regado. Puesto que es ella a quien abrigué bajo el globo. Puesto que es ella a quien protegí con la pantalla. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres para las mariposas). Puesto que es ella a quien escuché quejarse, o alabarse, o incluso a veces callarse. Puesto que es mi rosa.
Y volvió con el zorro:
- Adiós – dijo...
- Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito a fin de recordarlo.
- Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante.
- Es el tiempo que he perdido en mi rosa... – dijo el principito a fin de recordarlo.
- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
- Soy responsable de mi rosa... - repitió el principito a fin de recordarlo.