jueves, 6 de febrero de 2014

4

No sé por qué el número cuatro (4) me recuerda a ti.
Será por tu nariz respingada
Será por tu cuerpo muy delgado
O será porque siempre llevas las manos hacia atrás

Pensativa, en espera, pasiva.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Poema de la Despedida



Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,

me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.

— José Angel Buesa —




http://www.literato.es/autor/jose_angel_buesa/

martes, 28 de agosto de 2012

Cuando un hombre entra en una mujer

Cuando un hombre entra 
en una mujer, 
como el oleaje que muerde la orilla, 
una y otra vez, 
y la mujer abre la boca de placer 
y sus dientes brillan
como el alfabeto,
Logos aparece ordeñando una estrella,
y el hombre
dentro de la mujer
hace un nudo,
para que nunca más estén separados
y la mujer
sube a una flor
y Logos aparece
y desata los ríos.

Este hombre,
esta mujer
con su doble hambre,
han procurado penetrar
la cortina de Dios,
lo cual brevemente
han logrado
aunque Dios
en su perversidad
deshace el nudo.





Anne Sexton



miércoles, 22 de agosto de 2012

El Elefante Asado - Luchito Hernández


El elefante asado

                                                     Consérvame en la frialdad
                                                             De las cosas abruptas
                                                                               Y sin Sol
                                                             Y de las agujas grises
                                                                           Ezra Pound

1
Esta es la historia
De Mowli
El niño oveja

2
Adiós amor
Te he visto
Muchas veces
Reluciente
Beber el agua
Y también
Beber el vino
Y jamás
Me he dolido
En tu presencia
Adiós amor
Muchas veces
Y jamás

3
Tengo el sueño vago
De haberte visto;
Y también entreabrirse
El aire
A tus pasos amor mío.
Y entre vidrios,
Bajo, en el horizonte:
El día.

- Luis Hernández -


Mix de Frases Sueltas Variopintas (MFSV)

Vigila tus pensamientos, se convierten en palabras;
vigila tus palabras, se convierten en acciones;
vigila tus acciones, se convierten en hábitos;
vigila tus hábitos, se convierten en carácter;
vigila tu carácter, se convierte en tu destino.

— Outlaw Frank —


Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.

— Fernando Pessoa —


No soy nada. 
Nunca seré nada. 
No puedo querer ser nada. 
A parte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.

— Fernando Pessoa —


“You love someone and you can't make them happy. Its kind of like you love them, but… you can't love them the way they wanna be loved.”

— My Life Without Me: Ann's Father 

Rafael Robles Olivos

Tuviste que terminar justo cuando me compré talco
para pies y pensaba conocer a tu familia escocesa.
Justo cuando las flores no bastaban para
sorprenderte.
Me sorprendiste en tu carro
no a las otras putas de cuerpos extraños,
ni a mis sueños de fuga ni mis pajas al viento.
Me sorprendiste indefenso, solo
sin nada que decir
y con el talco bien puesto entre mis dedos.
¿Qué puede decir un hombre?
Nada, eso hice, y ahora escribo.
Nada más puede hacer el hombre
ante una niña que lo deja.

— Rafael Robles Olivos —


un poco más de información: http://urbanotopia.blogspot.com/2006/10/rafael-robles-olivos.html

lunes, 13 de agosto de 2012

Changing the Rules.


Hoy decidí caminar. A modo de recordar la decena de años que se me escaparon en un pestañear.

Llegué a un cruce y tan sólo pude llegar a la mitad cuando la luz cambió. Me quedé tranquila, sin pretender apurar el paso. No pasaban tantos autos, pero cada uno que se acercaba, me miraba con aquellas luces, como si fueran los ojos de unas bestias acechándome... parpadeando como si intentaran infundirme terror.

Cambió la luz. Pasé. Y extrañé un poco de lluvia. Y me arrepentí de haber decidido dejar de fumar hace dos años. También, a modo de cliché, repentinamente me vino el antojo de tomar un sorbo de café, aún sabiendo que este ardor en el pecho causado por mis recientes desordenes estomacales lo iba a rechazar de inmediato. De pronto, entendí que lo que extrañaba era su aroma (el del café, por supuesto).

Y así, seguí caminando... rogando de que cada una de estas palabras que ahora escribo, no se me borren al llegar a casa, como suele pasar... y luego, corrigiendo mi ruego para que si eso sucediera, al tratar de recordarlas, las asociara con unas aún mejores.

Gracias memoria, porque haces que no olvide escribir. Y gracias inspiración, porque a pesar de que hace un buen tiempo te hice de lado por nuevas distracciones, una vez más, al encontrarme sola, me hiciste buena compañía.




Lo olvidaba, ¡también vi delfines de plantitas! :)

DdC