Serenata II y III

Hace muchos años, cuando volví a leer el poema, no sólo siguió siendo uno de mis favoritos. También me sentí identificada con ese momento. Y para hacerlo sólo mío (o nuestro), lo reinventé y personalicé.

Y hace poco, hablando de esperanzas (como vagas ilusiones, nada más) decidí reinventarlo nuevamente. Cualquiera confundiría la necesidad de inspiración con algo real, pero esas cosas sólo se saben cuando se da el momento.

Así que acá están, con el permiso del Sr. Scorza... el primero de hace años, el segundo de hace unos días, hasta que vuelva a mí la natural inspiración.


Serenata II

Íbamos a vivir muchas mas vidas juntos
Íbamos a querernos hasta la muerte
Pero se acabó.

No sé si sabes lo que significa este adiós:
Ya no mirarnos nunca.

Volver al país donde esta tu misma gente
Reírte de las viejas cosas
Morir por tus antiguas penas.

Adiós es separarse, ¿entiendes?, separarse,
olvidando, como traje inútil, la juventud.
¡Íbamos a hacer muchas mas cosas juntos!
Ahora tienes la misma cita.
Estrellas diferentes nos alumbran en noches diferentes.
La lluvia que te moja me deja seca a mí.

Está bien: adiós.
Contra el viento el poeta nada puede.

A la hora en que parten los adioses,
El poeta sólo puede pedirles a las golondrinas
Que vuelen sin cesar sobre tu sueño.


Serenata III

Vamos a vivir toda la vida juntos.
Vamos a morir toda la muerte juntos.
Sin adiós.

No sé si sabes lo que quiere decir esto.
Quiere decir volvernos a mirar,
volver a vivir entre las mismas gentes,
reírnos de las mismas cosas,
morirnos de las mismas penas.

Y sin separarse, ¿entiendes?,
sin olvidar, como traje inútil, la juventud.
¡Vamos a hacer tantas cosas juntos!
Ahora tendremos la misma cita.
Las mismas estrellas nos alumbrarán en las mismas noches.
La lluvia que te mojará me mojará a mí también.

Está bien: no más adiós.
Contra el poeta el viento nada puede.

A la hora en que se olvidan los adioses,
el poeta sabe que las golondrinas
volarán sin cesar sobre nuestros sueños.