sábado, 25 de abril de 2009

Luna

Este poema no es mío, pero me gusta mucho... algunas veces también compartiré poemas que son de mi agrado, como para variar un poco.

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.

Jaime Sabines

martes, 14 de abril de 2009

A J A

Un beso furtivo que revuelve mis entrañas
Un pecado divino, como resultado de una noche
Incompletamente física
Mágicamente espiritual
Apostando a retroceder el tiempo
Arriesgando hasta los más gratos recuerdos
Todo por llegar a tu punto de encuentro.

Yo jugué a seducir tu fidelidad, y no me arrepiento,
Cuando tú deseaste simular una vida inexistente
Una cruel y paralela realidad
Solamente para convertirnos:
Tú, en un Romeo que reconoce su destino,
Yo, en una Julieta que se da por vencida.

Pero la Providencia es una mujer subyugada
Ante los caprichos del Dios del Tiempo
Así me inyectaron una dosis de morfina
Para curar mi locura
La locura que me hace desearte
La locura que no debía hacerme quererte.

De este modo, una vez más parece terminar,
Una historia que carece de inicio
Y de tenerlo, amenazado está
Pero de transformar sublimemente
Aquel triste episodio
Contra vientos y mareas
Inesperadamente el final,
A su manera, se vuelve feliz.

lunes, 6 de abril de 2009

Se busca.

Hombres de hojalata que no necesiten que les remienden un corazón
Estatuas de personajes místicos que no expresen sus pensamientos
Ángeles sin alas, quemados en el placer del infierno
Demonios celestiales, tentados a la divinidad oculta
Un crucero de mil palabras, con aventuras e imprevistos
Copas llenas de nuestra sangre, vertida en oleadas de pasión
Madres valientes que revolucionen sus vientres iluminados
Acordes de guitarra que entristezcan una sonrisa
Siluetas deformes que inventen muchas danzas
Conquistadores de tierras olvidadas, por sus espinosos caminos
Reyes sin cetro y con más jugadas en las partidas de ajedrez
Un tablero de tres esquinas afiladas y una ventana hacia mis vidas alternas.